Ella

Se cubría el rostro para no perecer en los ojos de los hombres
Para evitar los juegos ponzoñosos y las desidias de un romance.

Se ocultaba tras palabras poco cautelosas y sinceras
Las mismas que reflejaban sin esfuerzo tanta fragilidad
Tanta ternura contenida entre delicadas mañas
Y las innumerables máscaras que los hombres no dilucidaban.

Aún así, si  por pura casualidad llegaras a ver su rostro
Te cegarías inevitablemente con tus ojos de hombre
Y no la verías a ella.





Lukas Guti.
17 de febrero de 2011.

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