Do
Deslizaron sus manos por las mismas cuerdas
Cual tributo al mismo camino del que fueron víctimas
Y hoy se pavoneaban como vampiros disfrazados
Mientras las niñas gritaban a coros sus nombres
Igual que los cánticos de esos cuentos de hadas
Las historias infantiles de las que ellos fueron profetas
Guiando por senderos sinuosos a las generaciones
Las que los veían caminando sin pretensiones
Y que por ello siempre fueron tan volubles
A la sola imagen de alguien pretendiendo ser
El príncipe montado en un grandioso corcel negro
Su ego propio formado por almas de los mediocres
Y de los que creían casi cualquier manifestación
Con tal de ver en el cielo un bello resplandor efímero
Aquello que los siguiera ilusionando.
Lukas Guti.
20 de junio de 2011
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