Auto entrevista
1. ¿Por qué la escritura?
No es algo que se decida como eligiendo ropa de una almacén. Un día una sencilla imagen lo llena a uno de recuerdos y eso es suficiente para comenzar a hacerlo, sin pronosticar el final que ni siquiera logramos culminar bien; Y es que siempre la última línea está llena de inconformidad propia. En mi caso, fue por la imagen de un viejo escribiendo con una pluma sobre un escritorio y una hoja. Me tomó tiempo entender que lo hice influenciado por el amor o la simple entrega que mi abuelo le tuvo a las letras toda su vida. Sin embargo, uno nunca termina por dilucidar lo que fue en verdad aquella inspiración; Supongo que uno se limita a creer en algo para compensar vacíos, después de todo comencé a los once años ignorando lo que hacía con el afán de llenar espacios en blanco. Y eso era suficiente. Todo cambia cuando uno sumerge la vida en ello cual mero hábito, entonces escribir se convierte en una necesidad… Y nunca es suficiente.
- ¿Cómo definiría las influencias de sus escritos?
Demasiado egocéntrico aún para aceptar algún tipo de influencia directa. Aunque nada más directo que la propia vida. Si hablamos de influencias me contentaría con poner como ejemplo los libros que alguna vez leí con tanto anhelo, un buen hábito que no logré mantener no sé si por buena o mala fortuna; me atrevo a decir que lo hacía por mera vanidad para llenarme de cosas inusuales, pero uno no necesita leer algo para ver el mundo de forma diferente. Los que me hayan leído dirían que soy un existencialista (como casi toda mi generación) basado en Nietzsche o algún otro “pesimista”, pero lo único que he logrado leer de Nietzsche es la tan mentada frase “Demasiado humano”, pese haberme atrevido bautizar algunos de mis poemas con su nombre. Hace poco se me ocurrió una frase: “Ser humano es difícil. Sobre todo por el hambre que da en la mañana. No tuve que leerme a Nietzsche para comprenderlo...”
- ¿Cuento, poesía o prosa?
Me resulta complicado tener que limitarme a alguna de estas. Las he probado todas y me arriesgo a decir que el cuento es mucho más complejo. Muy poco espacio para maniobrar en contra de tantas posibilidades, a diferencia de la prosa con la cual uno tiene mayor libertad. La poesía, en cambio, según mi propia experiencia es algo que se va puliendo con menor dificultad a medida que uno mismo descubre la forma de estructurar los poemas; porque nada más maravilloso que leer un poema (Con métrica o sin ella) y sentir el ritmo entre cada verso. Tengo la creencia de que uno puede lograr darle ritmo propio a los poemas sin necesidad de apegarse tanto a las meras bases que por educación o cultura nos esmeramos aprender… Pero lo dice alguien que no cree por completo en la Academia.
- ¿Cuáles han sido sus más grandes proyectos hasta ahora?
Con la prosa me aventuré a escribir literatura fantástica por varios años y me sentí bien haciéndolo hasta cierto punto. Me motivaba el hecho de tener que inventar o hacer posibles lugares que sólo encontraría en este tipo de literatura, o incluso poder inventarse la propia mitología (Cliché). Y bueno, fue frustrante pulir tanto un proyecto y desgastarse físicamente para terminarlo en una historia incompleta que aún hoy deseo culminar, aunque no muy motivado. La primera parte yace guardada entre folders que es inevitable no atesorar y entre archivos electrónicos de mi PC; Teniendo en cuenta que fue algo que comencé a escribir a los 17 años, después de haberme adentrado desde mucho antes a la idea de escribir “novelas”, y es que hubo otros intentos que prefiero no mencionar. Fue el trabajo con el que me encaminé a encontrar mis palabras y mi propio lenguaje, pese a haber sido un proyecto con el que me crucifiqué casi cuatro años y por el que logré cambiar mi modo de ver las letras, hoy no tengo nada de qué avergonzarme. Es digno de mí.
- ¿Planea algún otro proyecto?
Prefiero pensar que me agrada más el surgimiento espontáneo de tales mamotretos que sentarme a planear algo concreto. Después de todo siempre lo he hecho desde ese punto y es a lo que me dedico, a escribir. Es diferente si me ofrecen algún tipo de propuesta con la cual deba desarrollar un tema con conocimiento previo, pero por ahora no tengo interés en definir proyectos personales. Ni yo podría escaparme de mis propias letras.
- ¿Qué le han dejado las letras?
Más allá del conocimiento adquirido o cualquier otro tipo de emoción frente a ello, y de los amigos y los amoríos, lo que las letras me han otorgado hasta ahora es una forma interesante de percibir el mundo. Aunque intentar darle valor a algo con lo cual se tiene que vivir no tanto por convicción es forzar el sentido de ello; no me arrepiento, pues, de lo que las letras han hecho de mí, ni lo que yo he hecho con ellas. Las letras me brindaron efímeras ensoñaciones y libertades.
- ¿Se considera a usted mismo un escritor o poeta?
A veces, cuando no estoy deprimido o abrumado por genialidades ajenas a la mía. El resto del tiempo lo soy. Supongo que lo que veo del mundo tiene que ver con ello.
Lukas Guti.
21 de Agosto de 2011.
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