Amando
La potente
voz de mi abuelo resuena desde afuera, haciendo cortesía con cualquier vecino o
transeúnte. El recuerdo latente que oía a través de la ventana, junto con los
pájaros posados en los cableados, en el segundo piso del apartamento ¿Por qué
volvía tan rápido?
Oí gemidos
de una mujer a la que penetraba. De nuevo los pájaros, los automóviles, la ventana, el mundo queriendo asomarse desde
afuera; El segundo piso ensombrecido por
edificios, la voz de mi abuelo alejándose. No lo saques, decía la mujer.
Me torné
mecánico en pleno acto sexual, y el calor, los suspiros, la ansiedad, la
puerta, la ventana de par en par cual sus piernas; Hundiéndome en otros
universos. Me torné un monstruo al que suelo admirar, e intenté amar para no
deformarme en otra cosa.
Lukas Guti,
27 de mayo de 2013.
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