Sal
Mis
sueños distorsión y maquetas
prediseñadas
Mi mente un
puente de percepciones,
Las realidades
limitadas por dimensiones,
Y yo aquí enloqueciéndome
con ensoñaciones.
El diablo puede y podrá, también las
divinidades,
Los ángeles
arribaran desde las profundidades
Confundiendo
al prójimo y a los románticos.
Caminando en
mi cuarto cuadrado, en círculos,
Una espiral contraproducente, otra dimensión,
Ya no es
demasiado real, aquí en mi cuarto,
Aquí en mi
mente; El Diablo podrá, y los ángeles.
En mí la
dualidad cual disonancia soportable,
La dualidad entre notas suspendidas y coros…
¡Hey, hey!,
Que surgirá mi adversario eterno,
Mi otro yo
dentro de todo cuanto cree;
Lo que
plasmábamos en fábulas y poemas,
Y en la
modernidad y en los edificios.
Los suspiros
de mi padre resuenan con la montaña,
La que nos
opaca tan blanca a lo lejos,
Cubierta de
nieve y cenizas, murmurando,
Aclamando su
corta paciencia se conmueve,
Y llora
ceniza en las mañanas…
Un pico basílico-Gótico erigido entre paredes,
Las paredes
erigidas sobre cafetales y mierda,
Y sobre las
viejas pisadas de caballos flacuchentos.
Oh mi ciudad
culta y serena, tan serena fuera,
Que parece
inculta, avergonzada, quizá,
Atemorizada,
por la montaña blanca y azul…
Yo sólo
tengo mi nombre y mis recuerdos.
Lukas Guti
16 de mayo
de 2013.
Comentarios
Publicar un comentario