A una Madre.

No fáciles las trochas por las que nos registe,
Supiste guiarnos como buena madre,
Tu amor bondadoso que cubriera los andares,
Entre tantas pretensiones que por bien tuvimos,
Aprendiendo a tu lado con amor divino;
Jamás perdimos el rumbo con la entereza tuya,
Ni el rumbo que nos diste nos disgustó el destino.
Qué afortunados fuimos al contar contigo,
Tus incasables pasos forjando tantos caminos
Con tu cruz y tu infranqueable fe cargaras,
Cual  mejor ejemplo de aquél profeta antiguo,
Tú resguardada entre sus bendiciones,
El cielo y Nosotros  testigos de  tus batallas.  
Qué privilegio el mío contar así tu historia,
Hijo de tus luchas y admirado por tus obras
Yo seguiría a tus pasos como  una sombra,
Para guardar tu bondad entre mis memorias…
Hoy edifico  orgulloso tanta humildad tuya,
Un pedestal digno de alabar con cordura.



Lukas Guti. Miércoles, 7 de agosto de 2013



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