De cierta ironía.

Me vi envuelto en prolongados sueños auto- diseñados.
Esos juegos mentales propios de los que nadie sabría,
Ni contándolos en las noches y cobijándonos con sinceridad,
Frustrados por las altísimas paredes de la inseguridad…

Los ilimitados mundos imaginativos de un solitario,
 Que repentinamente refugiaban el pecho, calentándolo,
Un sueño lúcido lo bastante cómodo para creerlo…
Recuerdo ese pasado infestado de ilusiones, borroso,
Hoy un rompecabezas mal armado en mi cerebro.

Recuerdo la sombra abalanzada sobre mis hombros
Y una cascada de lágrimas que se secaban en el suelo.
Si bien tanto confort fue un mero engaño prediseñado,
Por la autoflagelación que no me dejó creer del todo,
Y la adicción a este inverosímil sentimiento.
Tú imagen esa creencia mía, mal argumentada y reinventada,
 Lo suficiente irreal para sufrirla con ahínco.

Tan irreal como el hecho de que podría darte un beso si quiero,
Qué estás ahí y que te huelo. Y que te hablo y te suspiro.
Pero  sigues entre lo inverosímil…  y mi adicción a la imposibilidad.



Lukas Guti.
11 de julio de 2014

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