Escudos y quimeras

De escudos rotos por la sinceridad
Colgados en las paredes del pecado.
 Sin yelmos el pecho y nuestros corazones,
 Solo el calor de las pieles acariciándose.

Los besos que tanto soñara en las noches;
Ahora en mi boca y prohibidos,
Que seca yació por una década entera,
De repente enterrada en el presente…
Y en tu boca.

De madurar a medias e ir tropezando,
Que tropezar contigo fue lo maravilloso,
De amarnos entre el desconcierto…
Eso que tanto detestabas.

De un recuerdo el primer beso y tus labios
En medio del corredor sombrío.
Sin luces revelando  el secreto,
Hoy de nuevo un sueño que anhelo.

De un “te amo” sencillo y abierto
Bien recibido,  y lo que me diste,
Según tus suspiros  en los que naufragaste,
 Estremecida tu carne al oírlo
La hermosa condena de la complicidad.

Te escurriste en el llanto de una noche
Y en una traición de la que no gritaste,
Huiste  bajo el  fervor de la ira, enceguecida,
Me viste como abominable quimera.

Es que no quise ser tu amante,
Quise ser tu artista para amarte.
Hoy ya no sé cómo suplicarte,
Pues ya no escuchas mi lenguaje…

Lukas Guti.
19 de julio de 2014



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