Exiliados
Cabellos sueltos
adornando mis almohadas;
rojos
caminos y sinuosos abandonados.
Tirado en mi
cama y extraviado entre líneas ,
Soñando tu
ausencia durara un suspiro.
Tu desorden
apiñando sobre mi caos…
Qué
espontánea obra maestra.
Todo mi
cuarto manchado de sexo,
Tu olor el
perfume que negaba quitarme;
E inclinados
los cuerpos ante el universo,
Como
deidades desnudas entre estrellas.
Ya no veo al amor como antes.
Menos embadurnado de presunciones;
Hoy un hombre de carne y ceniza,
Y tú mi crucifijo,
Pues por
cada beso fuimos más humanos,
Y por eso
hoy amamos.
Lukas Guti.
16 de abril de 2015
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