Tus rezos



Volteaste tu rostro decepcionada
Y tu nariz enterraste en la almohada,
Mi tragedia en los ojos la supiste,
Me conociste tanto que llorabas.

Cargué mi vergüenza y tu pena
Nublada la noche nos tragó el sereno,
Yo puse mi sombra sobre tu pecho
Y por momentos lo soportabas.

 A veces sólo gritabas,
Pero me amabas entre los odios,
Como renglones que te saltabas,
Dejando espacios a tus desaires
Y perdonando mis falsedades.

Odiaste tanto los veintitantos,
Como a la niña que ya no eras,
Yo todavía el nefelibata
Contando relatos en aquel parque,
Mi premio tus ojos maravillados.

Sufrimos de golpes, nos fuimos de bruces,
Jamás percibimos las lluvias de estrellas.
No fueran estas las que pregonaran cantos,
Tampoco el bonsái que nos cuidaba el llanto,
Plantado en la puerta de nuestro patio.

Al menos creíamos en tan triste vástago,
Por  pequeño  que fuera  este árbol marchito,
¿Supiste del sauce inmenso de aquel cuento?
Recuerda el relato frente a los guaduales.
Que si yo no creyera ya en este mundo,
Te juro que creo en tu fe y en tus rezos.


Lukas Guti.
19 de agosto de 2015.




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