"Espejos"
¿Alguna vez le pidieron a alguien que encendiera una vela en
su lugar por falta de fe? Yo sí. Un par de veces mi madre
me pidió encender velones en la iglesia a nombre de santos o ángeles, y ella
con su inamovible fe le permitió a mi incredulidad un estado de tranquilidad al que recurrí ciegamente.
Sin embargo, fui incapaz de encenderlas por mi cuenta. Cuando entraba a
Iglesias lo hacía con admiración y respeto, pero también con un poco de
desaprobación respecto a todo lo que girara en torno a esta enorme institución.
Por aquella época, enamorado y confiando plenamente en la persona a la que
amaba, le pedí que encendiera ese velón
por mí mientras yo observaba de cerca percibiendo el misticismo que estos
templos manaban con los murmullos de los feligreses y el olor a parafina. Ella conocía bien a los
Santos a los cuáles rezarle dada su educación bachiller en un colegio de monjas;
Yo ignoraba a quién realizarle peticiones, por lo que también eso se lo confié
a ella. Repentinamente me sentí entre dos pilares
fortísimos: El de mi madre y el de mi amada. "Encendimos velas sobre altares mudos, y les creí". Tuve que sufrir
el quedarme solo un tiempo después para aprender de mis apegos... sobre todo el
de ella y de tales pilares que me
edifiqué tan confiado; Y me topé este
engendro, un hombre encorvado y sin rostro alguno. De vez en cuando encuentro
este hombre en el espejo.
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