El reencuentro
El cielo me distrajo tantas noches seguidas que reconocí lo recóndito;
Separado por planetas ocultos a la visión y al conocimiento.
Probablemente estuvieras allí orbitando los planos y los soles,
Mientras yo decidía quedarme despierto por un afán de sobriedad.
Tú un pedazo de ángel encarnado en piel blanquísima,
Volando entre los universos como consagrada deidad,
Los ventarrones que aflojaron mi pecho fueron tus alas batiéndose,
Mientras levantaban mis aladares y me encogían de frío.
Yo en mi desconocimiento continué despierto por varias vidas,
Porfiándome y negándome el amor inmaculado de este ente.
Morí tantas veces que dejó de importarme y renacía sin memoria,
Y por ello olvidaba el vago reflejo de tu rostro en los cielos,
Apagándose como estrellas titilando en la infinidad de los ecos.
¿Cuántas edades sucedieron para finalmente toparme con tu forma?
Un día espontáneamente te vi impresa entre fotografías y música,
Y entre varios conciertos en los que no supimos encontrarnos.
Me arriesgo a decir que buscamos en las dimensiones equivocadas,
Pues por querer escapar tantas veces de la certeza y la crudeza,
Olvidamos la razón por la que aún el mundo nos enraizaba:
Para reencontrarnos.
Lukas Guti.
20 de diciembre de 2020, 2:16:41 a. m.
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